Wednesday, January 03, 2007

CARNE (la segunda parte)

Tus ojos se tragaron la tierra
y un grito de esperanza
me agarrotó la tráquea
y los sonidos del cielo
clamaron tu nombre
en otro amanecer de náuseas.
Te volví a ver,
vestida de noche
con la forma de lo divino
y la silueta del precipicio,
convertido yo en lanza
apuntando entre tus armas.
Inundando la tormenta,
escupí mis cien deseos
repletos de estrellas
elevadas a infinito
e infinito se elevó
al juntarse tus dos piernas.

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