El amor, la abundancia y todas las emociones profundas

- "¿Porqué escribes cosas sin sentido?"
Me preguntó con el despotismo del ignorante.
- "¿Nunca has pensado el porqué de tus porqués?"
Le respondí tentando a su huída.
- "Eres raro, sabes.."
Concluyó de forma grave.
Yo frívolo la incité a abandonarme:
- "¡Te invito a tomar un té
en el Norways Bitter!"
Su cara se arrugó como un berberecho.
- "¿Cómo puedes tomar eso?
pero si me invitas ¡yo acepto!"
Me reí sin disimulo, pensé:
(¡como una infusión es más extraña
que un lugar inventado!)
Y sin vacilar marchamos
sin saber muy bien yo a dónde
pero encantado de que siguiera mis pasos.
Y llegamos a un café,
en el barrio antiguo
y no tardó en protestar con dramatismo:
- "¡Aquí no pone nada de Nothing Sister,
bueno, lo que tú dijiste!"
Le corregí con agrado:
- "Ahora se llama Café Seronda
pero antiguamente era el Norways Bitter
y todo el mundo lo sigue conociendo
por ese nombre..."
- "Ah"
Respondió.
Y ese "Ah" me pareció la respuesta de un niño
que está en edad de preguntar.
Al final ella tomó una coca-cola y yo otra.
Acomodados inicié la ofensiva
con la pregunta del millón
que nadie hace a estas chicas:
- "Pero tú...¿qué hobbies tienes?"
...Y tras unas cuantas poses pensativas:
- "No me gusta ir de compras
pero voy de vez en cuando
y al gimnasio me apunté hace dos años
pero hace meses que no paso
como mi ex trabaja allí...
por no encontrármelo
ni me he desapuntado..."
Me encendí un cigarro.
(Era lo más... acertado)
- "¿Porqué fumas?
¿No sabes que el tabaco mata?"
(Me entraron ganas de estrangularla)
Y me entregué a la réplica:
- "¿En serio?
Pues a partir de ahora dejaré de hacerlo.
Gracias por tu ayuda
pero África también te necesita."
Pero ella jugaba con el hielo y la pajita.
- "¿Te estás aburriendo?
(Le pregunté, sabiéndolo)
- "No, pero es que no te entiendo"
Pagué y nos fuimos.
Por el camino hablamos de tal y cual,
la dejé en el mismo sitio
en el que nos habíamos visto.
Quizás yo debería ser menos feo
pero a ella no le iría mal leer algún libro.