Wednesday, September 06, 2006

4 : 49

“Hay un lugar, lejos del mar
con un poco de fe
lo alcanzaremos,
aquí tienes las señas,
coge el primer tren,
intentaré estar cuando llegues,
allí nadie conocerá nuestros nombres,
nuestra sucia identidad,
nada nos detendrá,
amor.”



....


Así que te llamas Lu
y vendes lámparas de salón,
aún conservas esa cara
de ángel demoníaco,
te gustaba que te abrazara
hasta hacerte daño
y gritabas como una loca,
luego navegaba entre tus medias,
decías que te hacía cosquillas
y reías
y luego suspirabas.
¿Recuerdas en la terraza
de aquel hotel?
Jugábamos a las cartas
y bebíamos vino sin parar,
me ganaste aquella partida
en la que aposté mi silla
y acabé jugando en el suelo.
Fue más divertido
que ninguna otra vez.
Estás un poco más pálida.
Qué caprichosa es la vida,
tenerte otra vez cerca,
han pasado 7 años desde entonces
y todos los gérmenes del mundo
me los he tragado al verte.



Así que esto es lo que hay,
el polvo del pasado por los aires
y todas las telarañas destejidas
y vuelvo a ver tus labios
y quiero recordar a qué sabían
y me dices: “dame un minuto”
Siete años,
por un minuto más...
¡Maldita sea!
¿Porqué no cogiste ese tren?
Preparé el lugar perfecto para los dos,
para amarte sin estar huyendo siempre
donde nadie sabía de nosotros,
para poder comenzar de nuevo
con otra identidad.

Conservando el placer de seguir vivos
lejos de nuestros sucios nombres.

¿Porqué no cogiste ese tren?
¡Porqué no lo cogiste!
¡Porqué!


Ella echa un abrecartas sobre la mesa.


“Córtame el cuello
ahora que puedes”


¡Basta ya!
¡No volveré a matar por tu culpa!