Tuesday, November 28, 2006

Hoy vuelvo

Hoy vuelvo
como alma descendida
de los cielos,
transparente,
despojado
de los sueños aberrantes
del pasado.
Morí olvidado.
Ya no hay yo
que pueda irse.
Me consagro
a la paz,
al descanso
y al trabajo.
Me destapo
y no soy
más que un espectro
del pasado.
Morí olvidado.
Ya no heme ya
en la vida.
Me consagro
a la nana,
al dormir
y a la semana.
Y me acuesto
y no sueño
más que blanca
luz de hielo
en mi frente.
Morí olvidado
y nunca olvidaré
mi muerte.

Hoy en el cementerio

He escrito unas líneas
para decir que te quiero,
con una sonrisa
de lápida a lápida,
sosteniendo tu esqueleto
con mis manos homicidas,
rebuscando el pasado
en tus huesos ya desechos.
Ahora mezclo la bebida
con tu recuerdo y el precio
es recordarte en vida.
No hay lugar a la mentira
ni sitio para las penas,
no me arrepiento de aquello
tan sólo te pido un beso
que no sepa a medicina.
El último verso no dice adiós,
tampoco dice hasta luego,
si he escrito estas líneas
es para decir que te quiero.

Ven a verme

Bajo hasta la noche
y llovizna
y tu ropa aún me persigue
por las calles
con la brisa
y retorno al paradero de mi lecho
y me tumbo agotado,
me destapo
y entra frío
y me tapo
y el calor me canaliza
a una fiebre de tormenta
y te llamo delirando
y me duermo sin saberlo
y te sueño sin quererlo
y me besas en la frente
y te amo sin tenerte
y despierto empapado
y amanece
y me meto bajo el agua de la ducha
y recuerdo tu cabello aún mojado
y me escuece la presión de la corriente
y me salgo tiritando
y me seco sin secarme bien del todo
y me resbalo
con la suerte
de romperme la cabeza
en el lavabo,
caigo al suelo
y asustado
veo un río rojo que se marcha
de mi frente
y con ayuda de la muerte
que no quiere atenderme,
me levanto
y desnudo
me arrastro hasta el fondo
de mi lecho
nuevamente
y me tapo
y el sudor, la sangre, el polvo
se entremezclan como barro
y no vienes
ni vendrás jamás a verme
pero miento si te digo
que no espero a que llegues.


(Ven a verme...)
Aunque sea a ponerme flores
un domingo de verano.

Paseo nupcial

Hablaba con la derrota
sobre todos y cada uno
de los escasos triunfos
que acumulé en mi vida
y me decía algo ofendida
que ella nada pudo hacer
por desvanecerlos,
que yo rompí entonces
la ruda cuerda que nos ataba,
que no le fui fiel,
que no quise perder,
que no jugué limpio,
que no supe aceptar
su fanática obsesión
por seguir mis pasos
y darme el placer
de conocerla a fondo:
- "Te sonrió el mundo criminal
y tú le obsequiaste con un SI,
¿Te has preguntado alguna vez
qué fue de mí durante esos días
en los que fuiste adoptado
como un perro abandonado
al que vuelven a dejar tirado
en cualquier carretera
para acabar volviendo
a mis brazos?"
-"¿Qué fue de ti en esos días?"
- "Sentí mis propias ganas de llorar
y no las de otro."
- "No es mala medicina el onanismo".
- "No digas bobadas,
jamás encontré en el mundo
una luz tan sagrada que apagar."
- "Ni yo una amante tan fiel"
- "¿Me amas?"
- "Hasta la muerte."